No parecía un buen día para ir de festival, el cielo, totalmente gris por las nubes que amenazaban tormenta, hacía peligrar una primera jornada en la que muchos ya teníamos puesta la mirada; y algo de eso pasó al principio. Paraíso tuvo que retrasar su apertura una hora por problemas en una de las salidas de emergencia, pero como habitualmente solemos estar puntuales a la cita, llegamos justo para el turno de Kelly Lee Owens. Un directo, mucho más pistero y bailable de lo que nos esperabamos, quizá algo falto de su toque melódico y ambiental; aún así nos encantó. La británica tiene una voz, también en directo, tan sublime que enamora.

Tras el directo de Kelly, nos dirigimos al escenario Club a escuchar el set de Danny L Harle, una sesión typical british que nos sorprendió, cuando de repente, mezcló de una manera muy genial y sin venir a cuento, el hit latino de Luís Fonsi junto a Demi Lovato “Échame La Culpa”. A partir de ese instante, nuestra mirada se trasladó a contemplar los minutos que quedaban para que apareciese en escena Apparat.

Apparat © Paraíso

Y ese momento llegó, el escenario Club, en pocos minutos, rebosó de público para escuchar el dj set de Sascha Ring. Como era de esperar no iba a ser Apparat en versión directo, el bueno de Sascha tiró por un set más bailable que mental, soltando alguna perla de Caribou o The Knife y cerrando con el remix de Christian Smith sobre el “At Les” de Carl Craig, cosa que muchos no esperaban, pero que a los que somos amantes de este estilo nos pareció magnifico.

Tras la actuación de Apparat, recargar la pulsera y saludar a la multitud de amigos que encontrábamos a nuestro paso, fuimos de regreso al escenario Paraíso para escuchar, lo que quizá, fue lo mejor del viernes. El directo de Kiasmos nos hizo elevar un palmo por encima del suelo con sus atmósferas y ritmos marcados mientras sonaban sus hit más reconocibles, tales como “Thrown”, “Looped” o “Wrecked”.

Acabado el dúo de Reykjavik, seguimos nuestros pasos hacia el área Club para cerrar el viernes con un man grande; Dj Tennis, quien nos dio lo que nos pedía el cuerpo; mucho groove y mucho baile, mientras ponía clásicos eternos como el “Plastic Dream” de Jaydee.

Kiasmos © Paraíso

Volvimos el sábado a Paraíso, algo más tarde, por el cansacio acumulado en la primera joranada de festival. Entramos directos al escenario Club para ver la actuación de Floating Points, no sin antes escuchar la ultima parte del madrileño Cumhur Jay y 50% de The Zombie Kids. Floating Points se presentó cargado de atmósferas tranquilas y ritmos suaves, que hacían las delicias de los allí presentes. Un vuelo que giró en forma de “Nuits Sonores” para poner el escenario Club, literalmente, patas arriba. Un viaje cósmico, regalo del comandante Sam; que, sin duda,  fue lo mejor del sábado.

Con el listón arriba era momento de dirigirnos al escenario principal, para ver a la excéntrica y singular Róisín Murphy. La irlandesa, nos mostró su material más reciente, a excepción de “You Know Me Better” y un versionado “Sing It Back”, que disfrutamos como buenos fans de Moloko que fuimos en su día.

Acto seguido, y por primera vez en todo el fin de semana, pusimos rumbo al escenario Manifesto, para ver al señorito Palms Trax. Jay Donalson, nos regaló una sesión disco – house con un sentimiento y un buen rollo que era palpable en el ambiente; por momentos parecía que estaban de vuelta los 70, y es que este sonido está viviendo un renacer, como creemos que no ha tenido en mucho tiempo.

Palms Trax © Paraíso

Con el buen rollo metido en el cuerpo, volvimos al escenario Club para terminar con el house de Tom Trago y el cierre de Gerd Janson. Puro baile con momentos álgidos como cuando mezclo el “Neutron Dance” de Krystal Klear, momentazo de brazos arriba y sonrisas entre los que allí nos encontrábamos.

Así pusimos cierre a un festival que se lleva buena nota en todos los aspectos, con algún fallo fácilmete subsanable y, por otro lado, muy normal en su primera edición. Nosotros por nuestra parte estaremos ahí, en 2019,  para contar –o quién sabe– la segunda edición de Paraiso. Madrid necesita un festival de electrónica a la altura y este se ha posicionado para hacerlo.

Texto: Francisco Esquivias